viernes, 29 de agosto de 2008

Paréntesisis

A) En uno de mis sueños yo caminaba por el camino de concreto entre dos amplias zonas verdes de una especie de parque, a unos treinta metros del estacionamiento, en donde había un camión, del que vi descender a ¡Alejandra Guzmán! (¡¿?!) [No, yo tampoco sé qué chingados hacía ella en un sueño mío]. Se le veía emputadona, quién sabe por qué. Estaba en los procesos mentales de qué iba a hacer, o justo había decidido que pasaría cerca y la saludaría --¡hey!-- con una sonrisa, cuando sentí cómo me derribaba un hijo de puta como de dos metros de alto y 120 kilos de masa, y me dio una putiza terrible. Soñé hasta un poco más adelante, cuando me sentía aturdido, tirado en el piso, sangrando, como estaba. Soñé también la sensación.

B) ¿Cómo y por qué carajo la naturaleza humana impele a la esperanza? Qué ridiculez.

C) Triste y tranquilo son palabras líquidas, funcionan como gotas que rompen la superficie de un cuerpo de agua (imagino las ondas concéntricas que generan tras escuchar de nuevo sus sonidos: gluc, gluc).

D) Te voy a extrañar mucho más de lo que tenía previsto. Te dejo un abrazo enorme. =D

E) Let's have some air

miércoles, 27 de agosto de 2008

Más compromisos

2) Esbetunes y Paquello salieron a la montaña

Fue el día en cuya noche Nahui parió a once cachorritos once —diez supervivientes—; quedamos de vernos y nos vimos temprano por la mañana en el parque de Los Sauces. Camioncito Xalapa-Las Puentes [sic]-Xico. Durante el trayecto terminó de salir el sol.

La primera grata sorpresa del día: nuestra excursión casualmente coincidiría con las fiestas patronales del pueblo (acaso serán para San Isidro =P) /He investigado: son para María Magdalena/*. A la hora en que llegamos había muchísima gente en las calles preparando las famosas alfombras de aserrín multicolor.

Foto: Antonio Roque/Diario de Xalapa

De ahí, a subir, subir, subir, subir, subir. Un atajo nos hizo perder el aventón a tierras más altas. A pata, entonces, hasta que una camioneta blanca con batea cubierta y dos féminas que buscaban flores que supuestamente estaban más allá de lo evidente, en un vivero de montaña de cuya existencia dieron fe varios lugareños y la propia Esbetunes.

Pasandito la piedrota /es que se me fue el avión/; no importa; entraremos desde más arriba, cruzaremos los cercos electrificados, no hay tos; ¡ah! ¡es que había camino empedradito! ¡mira, tú! (ninguna, ninguna, ninguna molestia en realidad: iba yo como si nunca hubiese visto tierra y pasto, re contento, dispuesto a lo que fuese; hasta tenis llevaba; hasta camisa de cuadros). ¿Por aquí? ¿Ya? Bien. Ah, brillan. Ah, como este. Ta biem bonito, tú. Ah, el primero no se come; vale. [Acá se acerca un jovencito brasilero, 18acaso19 años con el sombrero de Speedy González; saca la plática, la sonrisa, el cobre —¿el hambre?—; viene con un amiguito].

Cruzandito el río. Acá merito. No ha llovido, la tierra está un poco seca. A ver si hay. Uy, yo vine el otro día y casi ni se veía el pasto, de tantísimos, y así. No más de media hora en juguetona búsqueda. El viento, delicioso. Descubrí una corriente de agua subterránea, un sonido incomparable /Ahora que escribo esto pienso en los cuatro elementos; tres estaban fuera; pronto descubriría uno adentro \como uno de los símbolos que llevas en el pecho, ¿viste, viste?\ /.

¿Ya? Pues no sé, ¿cuántos necesito [necesito] [necesito]? Pues unos tres o cuatro, para la primera vez. Me voy buscando un lugarcito. Llevo ya mis cuatro. Estoy bien contento. Hace calor. Traje manzanas y agua.

En el próximo post: One side will make you grow taller, and the other side will make you grow shorter.





* Digresiones entre diagonales cortesía de Coyotito

jueves, 21 de agosto de 2008

Compromisos e imagen reciclada

y quiero hablar sobre poesía, sobre la montaña,
los amigos, las salidas, el cine, la corrección de estilo,
la producción de radio, la vida, la muerte, el amor...

Yo, de hocicón


1) Sobre poesía

Recientemente el buen amigo Álvaro me invitó a aportar un texto para una antología ensayística de autores tabasqueños que tratara sobre la poesía en general o sobre algún autor o texto en particular. Decidí mandarle un viejo ensayo sobre Muerte sin fin al que le hacía falta una pequeña actualización y algo de trabajo de investigación, sobre todo en cuanto a la revisión de algunas citas. Al final, se lo tuve que mandar casi tal y como estaba debido a lo ajetreado de mi horario y calendario laboral durante el último mes antes de salir de vacaciones y muchas ideas quedaron en el tintero: había comenzado a escribir, por ejemplo, una introducción en la que contaba mi contacto personal con ese texto y un esbozo de mis concepciones sobre la poesía. En fin, ya habrá algún momento para desarrollarlos.


El buen Goro; lleno de sí.

nomás

Les recomiendo chequen el interesante y simpático artículo de opinión "Los cinco videojuegos más extraños", publicado el 28 de mayo pasado en el Milenio.

[El autor de este blog no se hace responsable de los errores de redacción que el texto hipervinculado contiene]

martes, 19 de agosto de 2008

Letting go

[con actualización musical]

La absoluta incomodidad que me provoca últimamente el estático ambiente en el trabajo y otras varias cosas —a saber: a, b, c— intentan sacarme a empujones de Xalapa. Quiero mucho a este lugar; recién he cumplido acá siete —¡siete!— años, y aunque he considerado la posibilidad de acometer una empresa que me obligaría a permanecer aquí, por lo menos, otros tres, realmente espero ansioso una noticia que me haría salir en algo así como un mes y medio.

Lo que aún me liga a este lugar, más que los espacios, los recuerdos, es un puñado de personas cuyo número, además, se reduce rápidamente, y aunque de un tiempo a acá he conocido gente con la que he desarrollado relaciones valiosas de manera muy rápida —sobre todo, para mis estándares—, cada vez que lo pienso, más apropiado luce el cambio.

En fin, todo parece estar en un nuevo proceso de acomodo, razono un poco y, en teoría, considerando la situación, debería sentirme satisfecho; no sé entonces por qué ni cómo es que, aunque nada me encadena a este terruño, sigue haciendo eco en las paredes de mi cráneo un tono sordo, extraño y cavernoso que repite "escapar, escapar"...

martes, 5 de agosto de 2008

Blank

Ya no fui a Villahermosa: demasiados pendientes; la tesis, sobre todo. Algo pude avanzar; no tanto -no- como quería, pero sí mucho más de lo que había hecho en los últimos meses. Estoy satisfecho con ello.

Dos semanas, y enseguida la costumbre (qué fácil es acostumbrarse a lo agradable, a lo rico, a lo bello) . Despiertar cuando el cuerpo así lo quiera, el ejercicio, el baño... El día de laburo comenzaba a las once de la mañana, terminaba a las siete de la noche y yo era feliz.

Y la gente, qué delicia; ¡la gente! Visitas sorpresivas y relatos de intriga; rock duro y va con todo, la voz sin duda ha mejorado; afianzamiento y refuerzo de lazos; lo inesperado y la magia que conlleva: energías fluctuantes; las personas que reaparecen tras varios meses y permiten reconocer que aunque pasa el tiempo -desde luego, y como dice doña Eugenia, pues si hasta la ciruela pasa-, la amistad sigue inmutable o, en todo caso, avanza. Han sido, sí, unas buenas vacaciones.

Ayer he vuelto al laburo, a la oficina, a las horas-nalga y el tiempo difuso iluminado por lámparas de halógeno. Nadie quiere estar aquí y se nota. Han bloqueado el youtube y el facebook; se escuchan gritos de desesperación, de desconsuelo.


No he podido hacer nada para levantarme temprano estos días: ayer, ocho de la mañana; hoy, ocho y cuarto; dos días sin ejercicio, un retardo y un descuento; c'est terrible. A mí, esto de los horarios no se me da.

Ah, sí; como la sutileza no pegó, lo digo de otra manera: no habrá regreso trascendental y triunfante; eso sólo pasa en otros blogs.

Abrazos.